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Por ser un plato tan especial uno creería que es sofisticado.  Nada más alejado de la realidad.  Un arroz, al que se le agrega un puñado de algo cosechado en el bosque como es el espárrago original o los hongos salvajes (el porcini), se calienta y se le agrega caldo, vino y especies para darle algo de sabor, es seguramente de origen muy humilde.   También el vino, un fermentado casero muy campesino, es de origen humilde, aunque en estas latitudes tengamos que pagar por la etiqueta.  Esta receta te encantará.

Ingredientes:

  • 2 tazas de arroz (integral o -si lo prefieres- arborio, que es más pegajoso, ideal para el risotto)
  • 400 g de espárragos verdes en trocitos
  • 1 cebolla picada (cabezona o echalote)
  • el jugo de 1-2 limones y/o 2 tazas de vino blanco
  • hierbas al gusto (tomillo, orégano, cilantro o la que te guste)
  • 100-200 ml de queso parmesano (si tu dieta lo permite)
  • 1 litro de caldo de vegetales
  • 2 cucharadas de aceite de oliva

Preparación:

Calienta el aceite y echa la cebolla a dorar.  Cuando esté blanda, añade el arroz y sube el fuego.  Sofríe el arroz unos minutos, baja el fuego y añade el vino.  Deja que este se evapore y añade entonces un poco de caldo caliente.  Ve añadiendo el caldo de a poquitos hasta que el arroz esté cocido.  Añade los trozos de espárragos en los últimos minutos, apaga el fuego y añade el queso (si lo estás utilizando).  Tapa y espera unos minutos antes de servir.