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Las personas que viven con asma generalmente experimentan un conjunto similar de síntomas: dificultad para respirar, sibilancias y opresión en el pecho. Pero no todo el asma tiene la misma causa.

El asma alérgico es provocado por alérgenos. Estas son partículas de sustancias específicas, como caspa de mascotas, polen o esporas de moho, que desencadenan alergias y provocan síntomas de asma.

Si vives con asma alérgica, puedes controlarla trabajando con el médico para encontrar el plan de tratamiento adecuado y haciendo cambios en tu estilo de vida para evitar sus desencadenantes.

Identifica los desencadenantes

Diferentes sustancias pueden causar alergias y provocar síntomas de asma. Una vez que determines qué alergenos causan tus síntomas, puedes comenzar a evitarlos. Esto ayuda a reducir el riesgo de nuevos ataques.

Para averiguar qué alergenos te causan síntomas, te podrían realizar pruebas, incluidas pruebas de piel y sangre, para identificar sus desencadenantes. Los desencadenantes comunes del asma alérgico incluyen polen, caspa de mascotas, ácaros del polvo y excrementos de cucarachas.

Tu médico puede recomendarte inmunoterapia para alergias para que tus ataques sean menos graves. Un alergólogo generalmente supervisaría y administraría este tipo de tratamiento. Te darán inyecciones y píldoras con el objetivo de reducir tu sensibilidad a alergenos específicos.

Evita los alergenos

Una vez que sepas qué está causando tu asma, puedes intentar evitarlo. Esto puede incluir tomar medidas para eliminar o reducir los alérgenos en el hogar.

Por ejemplo, si los ácaros del polvo desencadenan tus síntomas, puedes reducir su número lavando la ropa de cama regularmente y quitando las alfombras. Si el problema es el moho, puedes comenzar a usar un deshumidificador en el hogar y evitar ventiladores que traigan aire del exterior. Si el polen te afecta, lava tu ropa después de entrar desde afuera y mantén las ventanas cerradas.

Puede llevar algún tiempo implementar todos los cambios que necesitas hacer para limitar tu exposición a alergenos particulares. Pero al hacer el esfuerzo, también reduces el riesgo de sufrir un ataque de asma grave.

Hazle seguimiento a tus síntomas

Con un poco de organización y planificación, puedes comenzar a rastrear tus síntomas de asma con el tiempo. Esto puede ayudarte a detectar patrones.

El seguimiento también te permite prepararte para los ataques de asma al hacerlo más consciente de los síntomas, como sibilancias leves o tos. Cuando aprendes a sentir los primeros signos de un ataque, puedes tomar medicamentos, retirarte de una situación con desencadenantes o ambos, antes de que tus síntomas empeoren.

Si tienes asma alérgica de moderada a grave, tu médico puede recomendarte un medidor de flujo máximo. Este dispositivo mide el flujo de aire desde tus pulmones. Un medidor de flujo máximo puede ayudar con la intervención temprana, ya que puede indicar que tu vía aérea se ha estrechado antes de que sientas síntomas.

El medidor de flujo máximo también te ayuda a rastrear la tasa de flujo de aire de manera regular. Puedes usar esta información para comprender tu tasa máxima típica. Puedes ver si tu asma está empeorando y si los medicamentos pueden necesitar un ajuste. Conocer su frecuencia típica también puede ayudarte a determinar si un ataque es lo suficientemente grave como para buscar atención de emergencia.

Desarrolla un plan de acción

Trabajando con tu médico, puedes crear un plan de acción para el asma. La American Lung Association ha ideado un plan de acción imprimible.

Este tipo de documento te permite realizar una evaluación diaria de tu asma. El plan de acción identifica los alergenos que desencadenan tu asma. También enumera los medicamentos que estás tomando.

Un plan de acción se divide en tres zonas, según como te sientas. Hay orientación en cada zona sobre los pasos a seguir. Si estás en la zona amarilla, puedes tomar medicamentos de acción rápida. En la zona roja, puedes tomar medicamentos y también llamar al médico o ir a urgencias para obtener ayuda.

Los detalles de tu plan de acción son únicos para ti. Tu médico te ayudará a determinar qué debe contener. Es una buena idea hablar con tu familia, cuidadores y amigos cercanos sobre los detalles de tu plan de acción y proporcionarles una copia.

Lleva siempre medicación de acción rápida

Incluso con atención preventiva, es posible que tengas síntomas de asma que aparecen sin previo aviso. Lleva siempre medicamentos de acción rápida contigo. Estos te dan un alivio temporal.

Muchas personas usan un broncodilatador, que abre las vías respiratorias. Un broncodilatador es un medicamento que se toma a través de un nebulizador o inhalador.

Los anticolinérgicos son otro tipo de medicamento de acción rápida. Estos medicamentos evitan que los músculos de las vías respiratorias se tensen. Algunas personas los toman a largo plazo.

Si tus síntomas no mejoran después de usar medicamentos de acción rápida, debes buscar atención de emergencia. Si usas un inhalador con frecuencia, debes hablar con tu médico. Es posible que deba actualizar tu plan de acción para el asma.

Toma medicamentos que sirvan en el largo plazo

Incluso cuando te sientas bien, es importante seguir usando medicamentos a largo plazo. Existen diferentes tipos de medicamentos de acción prolongada. Puedes usar algunos o todos estos según el consejo de tu médico.

  • Los broncodilatadores a largo plazo relajan los músculos de las vías respiratorias.
  • Los corticosteroides reducen la mucosidad y la hinchazón.
  • Los anticolinérgicos previenen el estiramiento muscular.
  • Los modificadores de leucotrienos previenen los síntomas durante 24 horas .

Para estar al tanto de controlar tus síntomas de asma, asegúrate de revisar tus medicamentos con tu médico. Si tus síntomas empeoran, es posible que debas cambiar tu plan de acción.

Conclusión

El asma alérgico es causado por la exposición a alérgenos en el aire. Diferentes alergenos pueden provocar un ataque de asma en diferentes personas. Por ejemplo, algunas personas pueden ser alérgicas al polen y a los ácaros del polvo, mientras que otras son alérgicas a las esporas de moho y la caspa de las mascotas.

La identificación adecuada de los desencadenantes del asma conduce a un mejor tratamiento. Si vives con asma alérgica, puedes tomar medidas para evitar sus desencadenantes y reducir el riesgo de un ataque de asma. Al desarrollar un plan de acción para el asma y usar medicamentos a largo plazo, puedes mantenerse activo y saludable y reducir el riesgo de un ataque de asma.

 

 Referencias