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Los pacientes de SIDA se tratan con agentes antivirales llamados antiretrovirales (porque el virus es un retrovirus).  Con estos medicamentos se busca detener la replicación del virus.  El éxito de este tratamiento se mide cuando en los controles se encuentran menos copias del virus en sangre.

Pero sucede con frecuencia que los pacientes sufren daño en el hígado por este tratamiento y en general acaban necesitando otra generación de antiretrovirales.

Un enfoque de tratamiento que tenga en cuenta el ejercicio, las medidas para controlar la exposición a tóxicos, una mejor alimentación y una estimulación del sistema inmune, requiere cambios de hábitos y alguna suplementación.  Lo que nosotros encontramos en la clínica es que estos pacientes muchas veces mejoran sensiblemente, presentan muy bajas copias del virus y raramente transitan a una segunda generación de antiretrovirales.

Es decir, bien vale la pena hacer cambios y tomar suplementos además de tomar el antiretroviral. Como le dijo el infectólogo jefe del programa de SIDA de una asegurador en Bogotá, cuando un paciente suyo vino a nuestra consulta y un mes después fué a control del programa: “lo que sea que esté haciendo, no lo interrumpa”.

Para inducir el sistema inmune:

Tomar una mezcla de suplementos como basic inmune nutrients®, inmunoplex® o upron®, para estimular la respuesta inmune.

Tomar quercenasa o curcetín con bromelina. La quercetina inhibe la enzima VIH integrasa mientras que la Bromelina es un inhibidor natural de las proteasas.

Tomar un suplemento que contenga L-glutamina en grandes cantidades. Corrige la deficiencia de la Glutamina, que puede causar pérdida de la función inmunológica del tracto intestinal.

Consumir gelatina sin dulce o colágeno.

Para apoyar el tratamiento antiviral:

Tomar 1,500 mgrs de n-acetil-L-cisteína. Este aminoácido es el precursor de los aminoácidos importantes: L-cisteína y glutatión. Tomar NAC inhibe la replicación del VIH, previene la caquexia mediada por citoquinas y corrige la deficiencia de dos aminoácidos.

Tomar L-carnitina. Este aminoácido mejora la función inmune y el metabolismo de los lípidos. Previene los efectos secundarios de la AZT (Azatioprina).

Tomar una mezcla de esteroles y esterolinas (Moducare®) que ayuda a estabilizar el número de Linfocitos CD4 y reduce la carga viral. Se toma 1 cápsula de esteroles y esterolinas 3 veces al día (buscando que contengan cerca de 20 mgrs de esteroles y 200 mcg de esterolinas por cápsula).

Tomar coenzima Q-100. Mejora la proporción T-Helper/T-Supresores. Corrige una deficiencia.

Tomar cúrcuma. Inhibe la VIH-1 Integrasa. Inhibe la transcripción del VIH.

Tomar picolinato o citrato de selenio. Corrige una deficiencia. Hace más lenta la disminución de las células CD4. Reduce la toxicidad de las drogas usadas contra el VIH.

Tomar ácido ascórbico o vitamina C. Interfiere con las enzimas de la replicación viral dependientes del VIH.

Para proteger el hígado:

Tomar Thiocid-300® o ácido-R-lipoico. Minimiza el daño hepático producido por el tratamiento convencional.

 

Referencias: 

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