PARA 4 PERSONAS
Las habichuelas amarillas son extraordinariamente tiernas. Te sugerimos que hagas un esfuerzo por encontrarlas, porque contribuyen a mejorar la textura y el aspecto general del plato, aunque puedes sustituirlas, tal como te proponemos.
INGREDIENTES:
- 280 g de habichuelas amarillas sin puntas ni hilos (si no las encuentras duplica la cantidad de habichuelas verdes)
- 280 g de habichuelas verdes sin puntas ni hilos
- 2 pimentones rojos cortados en tiras de 5mm
- 3 cucharadas de aceite de oliva, más 1 cucharadita para los pimientos
- 3 dientes de ajo cortados en rodajas finas
- 50 g de alcaparras lavadas y escurridas
- 1 cucharadita de semillas de comino
- 2 cucharaditas de semillas de cilantro
- 4 cebollas largas cortadas en rodajas finas
- 10 g de estragón picado
- 20 g de hojas seleccionadas de perifollo (o una mezcla de eneldo y perejil)
- Ralladura de la piel de 1 limón
- Sal marina y pimienta negra
PREPARACIÓN:
Precalienta el horno a 220°C.
Calienta abundante agua en una olla grande y, cuando rompa el hervor, añade las habichuelas amarillas. Al cabo de un minuto, agrega las habichuelas verdes y hierve durante 4 minutos más, o hasta que estén bien cocidas pero todavía crujientes. Enfría con agua fría, escurre, seca y reserva en una fuente grande.
Mientras se cuecen las habichuelas, unta los pimientos con una cucharadita de aceite de oliva y extiéndelos en una bandeja de horno para hornearlos durante 5 minutos o hasta que estén tiernos. Retira y añadir a la fuente con las habichuelas hervidas.
Calienta las 3 cucharadas de aceite de oliva en un cazo pequeño. Agrega el ajo y sofríe durante 20 segundos, añade las alcaparras ¡con cuidado, porque saltan! y friélas durante 15 segundos más. Vierte las semillas de comino y cilantro y sigue sofriendo otros 15 segundos más.
En ese momento, el ajo ya tendría que estar bien dorado. Retíralo del fuego y vierte enseguida los ingredientes del cazo sobre las habichuelas.
Mezcla y añade la cebolla tierna, las hierbas, la ralladura de limón, un tercio de cucharadita de sal marina y pimienta negra.
Sirve, o guarda en la nevera hasta el día siguiente. Conviene sacar la ensalada de la nevera con un poco de antelación para que esté a temperatura ambiente en el momento de consumirla.
Tomado el libro de cocina Jerusalén por Yotam Ottolenghi, 2012.